Armenian Volunteer Corps

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Tuesday, October 11, 2011

Haciendo “Patria” todos los días

by 
Jorge Matias Yamgotchian
Argentina

Cuando decidí realizar este viaje, no sabia realmente con que cosas me iba a encontrar. Solo sabía que iba a vivir dos meses en mi madre patria, aunque creo que no era muy conciente de lo que eso significaba. Al llegar al aeropuerto pensaba que esos dos meses, iban a significar en realidad un largo tiempo. Hoy me doy cuenta de lo equivocado que estaba. El tiempo en Armenia pasa muy rápido. Supongo que será porque uno tiene la mente tan puesta en absorber todas aquellas cosas que nuestra patria tiene para darnos, que no se dá cuenta del paso del tiempo.

Antes de llegar a Armenia, mi contacto con mi madre patria había sido solamente por medio de interminables charlas con mi abuela, de madrugada, y por medio de libros. No tuve la suerte de estudiar en un colegio armenio, por lo tanto desconocía casi totalmente el idioma. Hoy pienso que haber ido a Armenia fue un salto enorme, casi como un “curso acelerado” de armenidad.

Recuerdo con mucha alegría mis primeros días en Yerevan, cuando intentaba dormir por las noches, sin éxito. ¡Es que no paraban de llegar voluntarios de todo el mundo! ¡Y a cualquier hora del día (o de la noche)!

Luego vinieron mi viaje y mis trabajos en Gyumri. Mi primer trabajo fue en el museo de arqueología. Para mi sorpresa, ninguno de ellos hablaba inglés (y mucho menos español) y yo no hablaba armenio. Recuerdo que mis dos respuestas a todas las preguntas que me hacían mis compañeros de trabajo eran “¿inch?” e “¿inch e nshanagum?”. Pero luego, muy rápidamente, pude tener conversaciones muy interesantes con todos ellos. Mi trabajo allí consistió en ayudar a los arqueólogos en las excavaciones. Hemos trabajado primeramente en el pueblo de Azatan, encontrando una gran cantidad de vasijas y huesos. Luego trabajamos en Anipemza, un pueblo rural que se encuentra en la frontera con Turquía, a muy pocos kilómetros de nuestra tan ansiada ciudad de Ani. Allí trabajamos en las ruinas de la iglesia de Yereruik. Una iglesia del siglo seis y en un estado muy pobre de preservación, aunque es una de las iglesias más antiguas de Armenia. Realmente disfrute mucho del paisaje y del trabajo. Agradezco a toda la gente que trabajo en el museo conmigo, por haberme tenido la paciencia de tener que explicar dos o tres veces lo mismo, debido a mi desconocimiento del armenio, y también por enseñarme muchas cosas sobre historia y realidades de Armenia. Este hecho me permitió ver de cerca ciertas cuestiones, que pueden derribar ciertos mitos sobre el estilo de vida de los armenios.

Mi segundo trabajo fue en YIC, un centro en el cual se realizan diversas actividades para jóvenes. Mi trabajo consistió en realizar clases de conversación en español. Realmente para mí fue un desafío porque yo nunca había organizado este tipo de clases, pero me gustaba mucho la idea de poder dar mi tiempo para aquellos jóvenes armenios que deseaban poder hablar con una persona hispanohablante para practicar su conocimiento de la lengua española, ya que esta situación no es muy frecuente en Gyumri. Agradezco también a todos los directivos de este centro, así como a los estudiantes. Desde el primer momento me abrieron las puertas haciéndome sentir como uno más de ellos, a tal punto que me sentía como si los conociera desde hace un largo tiempo. 

Estando en Armenia pude vivir momentos alegres y algunos no tan alegres, pero siempre teniendo la certeza de que cada día iba a representar un hecho único e irrepetible. Todos aquellos momentos vividos me han dejado enseñanzas sobre las virtudes y defectos de nuestro pueblo, pero siempre viendo a estos defectos como problemas que debemos solucionar entre todos, recordando que aunque se trata de un pueblo con muchísimos años de antigüedad es, al mismo tiempo, una muy joven república.

Quiero agradecer al staff de Birthright Armenia y al staff de AVC por haberme dado la oportunidad de vivir en Armenia no como un turista, sino como si hubiese sido una persona nacida en Armenia, como si el ano 1915 no hubiese ocurrido. Pero más quiero agradecer a estas dos organizaciones por estar contribuyendo al desarrollo de nuestra patria, haciendo “patria” todos los días.

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